Una noche caminando por la concurrida Kramgasse, Berna, Suiza.
Fotos: Escenas urbanas en un sector histórico de esta tradicional ciudad
Europea.
Mi oportunidad de conocer Berna fue sorpresiva y no la dejé
pasar. Se me dio la oportunidad de recorrer esta hermosa ciudad, la capital
política de Suiza, por unas pocas horas, al finalizar un día de semana de
Agosto, en pleno verano Europeo.
No lo pensé, simplemente partí y recorrí entusiasmado la hora
que me tomó ir en tren desde Zürich a esta histórica ciudad. Como equipaje, un
libro, mi cámara con algunos lentes y filtros y un pequeño trípode, que podría
salvarme en caso necesario.
Habiendo estudiado los puntos principales y más
representativos de la ciudad, rápidamente se hizo evidente el histórico pasado
de esta pequeña urbe, remontándose a siglos de historia. El centro de ésta se
presenta prácticamente idéntico a como lo recorrieron numerosos transeúntes,
incluso siglos antes de la invención del automóvil.
Su eje principal es un trío de calles, donde se destaca la
Kramgasse, una calle mayoritariamente peatonal, que recorre algunos de los
primeros edificios y particularmente las peculiares estatuas que formaron parte
de la ornamentación pública desde sus comienzos.
Mi misión fotográfica se focalizó en lograr una imagen de
esta concurrida calle, que fuese evidentemente reconocible como ícono de este
destino, y a la vez lograra representar en forma atemporal, lo que los
habitantes pudieron haber visto en este mismo lugar, siglos atrás.
Me encontré en un día nublado, recorriendo esta histórica
calle, con una suerte de impaciencia y entusiasmo asociado a las primeras veces,
en este caso, la primera vez recorriendo este destino.
Mis primeras tomas fueron de los edificios más reconocibles,
capturando en el mismo encuadre algunas de las características estatuas que
adornan cada tantos metros este paseo peatonal (ver primeras dos fotos de la
derecha). La primera foto muestra una de las torres más reconocibles de esta
zona, junto con una serie de transeúntes. En la segunda, gracias a un telefoto
de 100mm, fácilmente compacté la distancia entre una de las estatuas y la torre
de reloj del fondo. Junto con ello, también incluí en el recuadro a diferentes
personas caminando por la calle, aunque dejándolos en un plano secundario.
Me gustaron, aunque me quedé con las ganas de una foto con
más colores, lo cual sería difícil en un día gris como el que me tocó. El
segundo punto relevante fue la inclusión de las personas, e incluso un vehículo
utilitario en una de ellas, que si bien le dieron vida a la imagen, aún en su
participación secundaria evidenciaban modernidad, que en ningún caso darían la
sensación de atemporalidad que esperaba.
Hice varias fotos más, incluyendo en algunos casos, sólo
estatua y edificio, como en el caso de la tercera foto de la derecha. Esta toma,
al dejar ausente a las personas, logró - incluso, pese a algunos cables visibles
- una sensación más sugerente de la historia de esta característica calle.
Éstas, junto a otras varias fotos de esa tarde, me dieron una
selección de imágenes de Berna, que representaban fuertemente la imagen y
espíritu reconocible de esta ciudad.
Pero aposté al anochecer, cuando las luces le darían una
nueva vista a esta calle. Fue así, que luego de recorrer por unas horas varios
otros puntos de la ciudad, volví a la Kramgasse, para terminar mi visita a Berna
con una nueva sesión de fotos.
Las luces le dieron una característica espectacular a esas
mismas cuadras que recorrí en tonalidades grises. Aún no anochecía
completamente, por lo que el cielo se mostraba en un tono azul que contrastaba
en forma perfecta con el amarillo intenso de las luces.
Busqué algunos de los mismos puntos que había recorrido
algunas horas antes y me armé con el pequeño trípode y el temporizador de la
cámara para estas fotos.
Las condiciones de luminosidad obligaron tiempos de
obturación cercanos a un segundo, lo cual instantáneamente resolvió una de las
variables con las que estaba jugando, la vista de gente. Como se ve en las tres
fotografías finales (una vertical y dos horizontales) se alcanza a apreciar
gente caminando, pero difícilmente se identifican con detalle y menos la
vestimenta que tienen. Sin duda, las luces artificiales no transportan la
imaginación de siglos atrás, las imágenes logran parte de esa atemporalidad
buscada y muestran una ciudad llena de luces, colores, y por supuesto, historia.
El equipamiento
No siempre se puede viajar con todo el equipo fotográfico y
muchas veces tampoco es necesario. Estas fotografías fueron hechas con una
cámara SLR digital de 6Mp, y como trípode utilicé uno "de bolsillo", que es lo
suficientemente firme como para sostener sólidamente la pesada SLR, pero a la
vez es tan pequeño y transportable que simplemente lo mantengo colgando del
bolso de la cámara, permitiéndome hacer excursiones sorpresivas como esta visita
a Berna, sin tener que llevar pesados bultos.
Cuando tengan la oportunidad, no la dejen pasar.
© 2008 Rodrigo Sandoval - www.RodrigoSandoval.com
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